Descentrada, vol. 4, nº 2, e114, septiembre 2020-febrero 2021. ISSN 2545-7284
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género (CInIG)

Dossier : Literaturas y disidencias sexuales

Literaturas y disidencias sexuales: sub-versiones, disturbios, genealogías


Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género, Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales - CONICET - Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, Argentina

Cita recomendada: Saxe, F. (2020). Literaturas y disidencias sexuales: sub-versiones, disturbios, genealogías. Descentrada, 4(2), e114. https://doi.org/10.24215/25457284e114

Resumen: Este texto realiza una aproximación inicial a la idea de literaturas y disidencias sexuales como posibilidad crítica contra-hegemónica del campo cultural argentino. A partir de una serie de referencias situadas a la idea de disidencias sexuales, se realiza un recorrido general sobre algunas apariciones textuales críticas y teóricas (relacionadas con las subversiones sexo-genéricas) en campos disciplinares como los estudios literarios, la crítica literaria y los estudios comparados, entre otros. Asimismo, este recorrido marca algunas etapas posibles, así como diferentes conceptualizaciones de las disidencias sexuales en la construcción de conocimiento en relación con la investigación científica sobre literaturas, focalizando en las posibilidades subversivas de determinadas emergencias en el campo cultural. Para esto, se construyen series de hitos textuales vinculados a la investigación y las apariciones críticas disciplinares en diferentes momentos de las últimas décadas. El análisis focaliza en apariciones puntuales que ocurren en Argentina, sin pretender exhaustividad ni completitud, ya que la idea principal es una intervención introductoria, básica y general a la cuestión.

Palabras clave: Disidencia sexual, Literatura, Genealogías, Estudios literarios.

Literature and sexual dissent: sub-versiones, riots, genealogies

Abstract: This paper makes an initial approach to the idea of literatures and sexual dissent as a critical counter-hegemonic possibility of the argentine cultural field. From references located to the idea of sexual dissent, a general overview is made of some critical and theoretical textual appearances (related to sex-generic subversions) in disciplinary fields such as literary studies, literary criticism, comparative studies, among others. Likewise, this paper marks some possible phases, as well as different conceptualizations of sexual dissent in the construction of knowledge in scientific research on literature; focusing on the subversive possibilities of certain emergencies in the cultural field. For this, the work builds series of textual milestones linked to research and critical disciplinary appearances at different times in recent decades. The paper addresses specific occurrences in Argentina, without intending exhaustiveness or completeness, since the main idea is an introductory, basic and general intervention on the subject.

Keywords: Literatures, Sexual dissent, Genealogies, Literary Studies.

1. Introducción

Este dossier de Descentrada aborda las literaturas (en formas múltiples, heterogéneas y diversas) y sus genealogías, resistencias y tensiones alrededor de las disidencias sexo-genéricas, teniendo en cuenta la posibilidad de pensar en las subversiones sexuales y los materiales literarios como un espacio cultural e históricamente complejo, y con manifestaciones críticas, teóricas e históricas que oscilan entre la rebelión contra un sistema represivo y la reproducción de políticas culturales de disciplinamiento y/o invisibilización.

Esta introducción acotada (e incompleta) no pretende ubicarse en torno a la idea de una construcción jerárquica de conocimiento, ni de políticas universalizadoras respecto a las disidencias sexuales, ni tampoco construir una idea de “verdad” respecto al tema/eje del dossier. En ese sentido, pienso la disidencia sexual como una categoría/posibilidad/noción fluida, en disputa, contradicción y constante movimiento, asociada más a una idea de versión, situada respecto a quién, cómo y cuándo se la utiliza, en alguna forma, una posibilidad de fuga de los modos de construcción de conocimiento del cisheteropatriarcado. Entonces, en estas derivas se articula alrededor de una constelación de apariciones y retroalimentaciones, más que en una definición cerrada. Podríamos pensar en una posibilidad de indefinición que parte de la idea de versiones de la disidencia sexual más que una manifestación asociada a la definición cerrada y la verdad única, que indicaría algo así como disidencia sexual es esto. Al respecto, la propuesta de Rubino en torno a la (in)definición resulta muy interesante:

En definitiva, se trata de quedarse en la indefinición o, más precisamente, en una conceptualización que sea a la vez definición e indefinición, una (in)definición de la disidencia sexual, en ese sentido, quizás, un pensamiento colectivo y abierto con la intención de devenir manada junto al pensamiento —académico, activista, artístico, cultural— en torno a la disidencia sexual (Rubino, 2019, p. 77).

Por el lado de estas derivas teóricas sobre la disidencia sexual vamos a ir. Considero que la disidencia sexual, en tanto versión situada, se puede establecer a partir de contextos específicos y genealogías (muchas veces borradas, invisibilizadas, exterminadas) culturales, lectoras e identitarias. En todo caso, si tenemos que pensar a qué hace referencia la disidencia sexual en este dossier, creo que la posibilidad enunciada por Josecarlo Henríquez Silva interesa a mi versión situada:

La disidencia sexual es para mí un ejercicio, una forma de deformar las cosas. Pensar al revés el mundo y desobedecer cada orden que otro te indica. (…) Pensar mis sucias ganas como una pulsión que puede ser política y hasta subversiva. Creer en el disenso y no en el consenso. (…) Es un escribir de cierta manera, de nutrirse de referentes, de mostrar el cuerpo, politizar la letra, de infiltrar teoría encarnada. Llenarse y contaminarse de escrituras corporizadas que nos entregan un lugar, que nos permiten hacernos de un cuerpo para luego quizás destruir (Henríquez Silva, 2015, p. 119).

Entre esta cita-aparición de la disidencia sexual y muchas de las apariciones de lo sexo-disidente en los textos de val flores creo que se puede pensar la disidencia sexual en este dossier:

La disidencia sexual no es un conjunto de contenidos para aplicar, sino una multitud de dinámicas metodológicas carroñeras, porque trabaja con los desechos disciplinares y se nutre de saberes y experiencias que no están autorizadas ni consolidadas, sino más bien abiertas a las errancias crítico-creativas de sus inestables y desvariados imaginarios sexuales (flores, 2018, p. 155).

Si la disidencia sexual forma parte de la deriva textual de este dossier, no se trata de construir desde una definición cerrada, universalista o jerárquica, sino de fugar por apariciones como las citadas en los párrafos anteriores.

En estas textualidades poéticas y políticas me interesa pensar la disidencia sexual, pero no simplemente como un constructo teórico-científico-académico, sino como una perspectiva personal y subjetiva, un habitar la disidencia sexual en primera persona, de enunciar desde el fracaso, el miedo y la pérdida como lugares para construir una perspectiva política, poética y vital para la lectura y la teoría. En algún sentido me resuena algo de lo que dice Jack Halberstam, sobre el fracaso queer, que va acompañado por “la oportunidad de utilizar esos afectos negativos para crear agujeros en la positividad tóxica de la vida contemporánea” (2018 [2011], p. 15).

Me gustaría sentir y pensar la disidencia sexual como una forma de subversión del orden sexo-genérico, algo que me gustaría llamar sexo-subversión; algo que es indefinible porque es todo y nada según el aquí y ahora del lugar desde el que enunciamos y habitamos, una modalidad sexo-subversiva de desenmascarar que la normalidad y lo normal son ficciones disciplinadoras y represivas.

2. Disidencias sexuales y literaturas

Entonces, este dossier se introduce, a través de artículos heterogéneos, en la relación (compleja, contradictoria, potente) entre disidencias sexuales y literaturas. El campo literario ha tenido una relación de múltiples y variadas tensiones con las subversiones sexuales. Históricamente se puede evidenciar que el canon literario ha funcionado como un dispositivo disciplinador e invisibilizador de todo lo que pueda ubicarse por fuera de una cisheteronorma patriarcal.

Contrariamente a lo que muchas veces unx puede creer, las disidencias sexuales en las literaturas, así como las políticas culturales canónicas de represión de todo aquello que no funciona como parte de una ficción de normalidad heterosexual y binaria, tienen una historia compleja y extensa. El cruce cultural, representacional, crítico y teórico entre disidencias sexuales y literaturas no se trata de una novedad del siglo XXI o de la última década, sino que es una tensión y un disturbio (muchas veces borrado) que podemos intentar rastrear en genealogías negadas por las políticas culturales heteronormativas. Por un lado, la(s) literatura(s) han funcionado muchas veces como un espacio de refugio, resistencia y rebelión: escritorxs, autorxs, creadorxs que han logrado construir figuraciones de las disidencias sexuales a veces en clave, a veces con costos políticos y vitales, pero que han logrado mantener (al margen, en tensión) las representaciones sexo-disidentes en formas diversas. En algunos contextos específicos, de mayor libertad y apertura, han permitido que podamos recuperar prácticas literarias que tenían que ver con la expresión libre de formas no heteronormativas de construir la representación literaria; en otros momentos y contextos, más conservadores, aparecen esas representaciones que hay que revisar y releer en clave torcida, ver como formas de resistencia o recuperar a aquellxs que fueron reprimidos y abyectados del canon por, parafraseando a Oscar Wilde, osar decir sus nombres, prácticas, vida sexo-políticas que no se adecuaban a lo que un sistema cultural y un canon binario, masculino y cisheteropatriarcal permitía en determinados contextos. Creo que esto se puede relacionar con la función del canon literario tradicional y normativo, así como sus modos de construcción cisheteropatriarcal, lo que Silvina Sánchez llama el canon-macho (2019, p. 214-218).

Por otro lado, estas políticas canónicas también se relacionan con lo que han establecido campos como los estudios literarios, la teoría literaria o los estudios culturales, entre otros. Porque las políticas de construcción de conocimiento han formado parte de estos mecanismos disciplinadores que también funcionan en la literatura y sus agentes culturales pero, al mismo tiempo, al tratarse de campos con relativa subalternidad respecto al canon científico hegemónico, han ocurrido apariciones desestabilizadoras que me interesa pensar como disturbios teórico-culturales. El ejemplo más conocido pueden ser las teorías queer. Si miramos a la constelación de textos teóricos y académicos que se etiquetan como tal en Estados Unidos en los noventa, hay una relación muy profunda con los estudios culturales y literarios en las producciones de muchxs de lxs “teóricxs” queer. Judith Butler, Eve Kosofsky Sedgwick, David Halperin, Jonathan Dollimore, Alexander Doty, Alan Sinfield, Jack Halberstam, Leo Bersani, Sue-Ellen Case, sólo por mencionar algunxs ejemplos, se desempeñaban en ese contexto en campos de investigación académica vinculados a la cultura, la literatura, el cine, etc. No es el único momento teórico-disturbio que aparece en el campo del análisis cultural. Otro ejemplo puede ser, en la teoría feminista de los años setenta, Kate Millett y su libro Sexual Politics (1970) que es, entre muchas otras cosas, un libro que investiga y estudia textos literarios.

Estos ejemplos creo que hablan un poco de una relativa posibilidad emancipatoria en la construcción de conocimiento científico vinculado con el análisis de la cultura, específicamente con la literatura. Con esto no quiero decir que no existan mecanismos represivos y disciplinadores, sobre todo en las políticas históricamente conservadoras de muchas variantes del análisis literario, pero en el espejo crítico y teórico que se da de la literatura en los estudios literarios, creo que existe una posibilidad de aparición perturbadora, que confronta las ficciones de normalidad como así también ha ocurrido en las representaciones literarias en sí mismas. Los estudios académicos-científicos vinculados con literaturas han funcionado históricamente como un espacio de disputa de sentidos y emergencia de teorizaciones sexo-políticas subversivas y disidentes: perspectivas teóricas y críticas desarrolladas a partir de teorías feministas, teorías queer, estudios y teorías trans/transgénero, pensamiento sexo-disidente, etc., han emergido en campos disciplinares vinculados a la literatura, la teoría y la crítica literaria, los estudios comparados, los estudios culturales, etc. En ese sentido, la producción de conocimiento crítico desde las disidencias sexuales en esos campos disciplinares son, en algunos casos, apariciones desestabilizadoras de las ficciones de cisheteronormalidad binaria que disputan y tensionan los modos de producción de conocimiento crítico sobre las literaturas. Asimismo, estos desarrollos de perspectivas sexo-disidentes en el campo de las literaturas tienen una trayectoria heterogénea, diversa y, a veces, en tensión y contradicción.

3. Genealogías

En el nodo cultural argentino, específicamente en el campo asociado a la producción crítica-teórica rioplatense, la farmacopornomegalópolis (Preciado, 2008, p. 234) Buenos Aires y su red de retroalimentación e influencias, me interesa marcar una mínima e incompleta situación de algunos recorridos textuales vinculados a la relación entre literaturas y disidencias sexuales en el campo crítico-teórico argentino-rioplatense. En alguna forma, siempre incompleta y reducida (sobre todo a la producción situada geográficamente) es una suerte de microgenealogía que tiene que ver con, por ejemplo, la posibilidad de que en nuestro presente exista este dossier en la revista Descentrada. Este recorrido genealógico mínimo, por un lado, se puede pensar de una forma general sobre la producción de conocimiento desde la disidencia sexual en un sentido amplio e interdisciplinario. Por otro, podemos pensar específicamente las apariciones textuales ocurridas en el campo académico-literario en las últimas décadas. Toda esta serie de constelaciones textuales tienen que ver con recorridos teóricos, políticos y críticos que entran en tensión o muchas veces han sido invisibilizados por los sectores cisheteronormados de la producción de conocimiento científico y cultural sobre las literaturas y disidencias sexuales. Por eso considero tan importante la idea de hablar de producción de conocimiento desde la disidencia sexual y no meramente sobre la disidencia sexual. Me interesa pensar esta microgenealogía a partir de algunas referencias puntuales a momentos y a series de apariciones textuales (que son incompletas y buscan sólo ubicar el tema de este dossier en un mapa mayor).

Pensando de forma general (excediendo, en parte, la especificidad de los estudios literarios que aborda este dossier) y precisando algunas apariciones textuales, Javier Gasparri (2015, s/p) señala que hacia fines de los noventa (y principios de la década del 2000) se producen dos hitos textuales vinculados a la aparición del término queer (que no son los únicos, son sólo dos ejemplos de una constelación mayor): el artículo de Flavio Rapisardi “Crítica y diferencia: sobre las políticas queer de emancipación” (en La Gandhi Argentina Nº 3, 1998) y el libro Fiestas, baños y exilios. Los gays porteños en la última dictadura (2001, escrito por Rapisardi junto a Alejandro Modarelli). Ambos textos ya usaban de alguna forma el término queer y pensaban teóricamente el término en diálogo con las trayectorias locales y regionales de las disidencias sexuales sin ser simplemente adaptaciones o importaciones del término queer estadounidense. Me resulta interesante pensar estas apariciones de lo queer porque, aunque muchas veces se establece una continuidad causal -lo queer ingresa en la academia argentina y a partir de ahí se abre la posibilidad de las disidencias sexuales-, me interesa tensionar y proponer una idea de multidireccionalidad y contracausalidad. Además de esos dos textos señalados, en la constelación textual para pensar las derivas editoriales de las disidencias sexo-genéricas en el contexto rioplatense, hay varios libros de los años noventa (publicados algunos en Buenos Aires, otros no, pero relacionados a trayectorias locales) que Javier Gasparri (2015: s/p) señala como parte de la producción de disidencias sexo-genéricas. Me interesa nombrar algunas de esas apariciones textuales y sumar alguna otra: Médicos, maleantes y maricas. Higiene, criminología y homosexualidad en la construcción de la nación Argentina (Buenos Aires, 1871-1914) (Jorge Salessi, 1995), Entiendes? Queer readings, Hispanic writings (compilado por Emilie Bergmann y Paul J. Smith, 1995), Sexo y sexualidades en América Latina (compilado por Daniel Balderston y Donna Guy, 1998), Hispanisms and homosexualities (compilado por Sylvia Molloy y Robert McKee Irwin, 1998), Las marcas del género (compilación de Fabricio Forastelli y Ximena Triquell, 1999).

Con relación a estas constelaciones textuales y las apariciones del término queer en Argentina, es importante mencionar la creación del Área Queer de la Universidad de Buenos Aires, que se enmarcó en debates de los años noventa y tuvo un posicionamiento genealógico evidente en torno a las políticas del activismo sexo-disidente desde fines de los sesenta, en particular con las relacionadas a la figura de Néstor Perlongher. Se podrían señalar dos líneas respecto a eso: por un lado, la idea de Perlongher como una referencia genealógica de importancia para los movimientos sexo-disidentes argentinos, que aparece en esas articulaciones activistas de estudiantes que datan de 1993 y que terminaron cristalizándose en la estructura institucional del Área Queer; por otro lado, hay una línea crítica a partir ya del siglo XXI que posiciona la idea de Perlongher como una suerte de teórico queer avant la lettre o anterior a la aparición del término (en el sentido que cobra con la teoría queer norteamericana).1 El libro de Javier Gasparri Néstor Perlongher: por una política sexual (2017) y su tesis doctoral Literatura y límite en la obra de Néstor Perlongher (2019), forman parte de una recuperación histórica de Perlongher como unx de nuestrxs teóricxs que la historia cultural camufló, ocultó, tergiversó.

La figura de Perlongher retroalimenta y produce de forma multidireccional teorizaciones, activismos y posicionamientos de las disidencias sexo-genéricas en el contexto latinoamericano. Es uno de muchos otros ejemplos, tal vez el más obvio. Gasparri señala a Guy Hocquenghem (que también es retomado por Preciado) como un ejemplo equiparable, pero en otros espacios. Y no es casualidad que Hocquenghem aparezca señalado como influencia explícita por Perlongher en sus ensayos (Gasparri, 2013). La coincidencia entre los análisis de Preciado, pensando en la figura de Hocquenghem con alguno de los ensayos teóricos de Perlongher, es muy elocuente, como señala Gasparri: “El “saber anal” que (…) Preciado (2009) lee y subraya en Hocquenghem resulta clarísimo en ese sentido y es nítidamente articulable en Perlongher. Se trata, dice Preciado, de un terrorismo textual que interviene críticamente el lenguaje heterosexual hegemónico” (Gasparri, 2013, p. 62).

Ahora, específicamente sobre apariciones vinculadas al análisis científico y académico de la literatura, se pueden pensar diferentes momentos temporales y ciertas series de textos.2 En la primera década del siglo XXI se editan algunas publicaciones en el campo de la crítica y los estudios literarios (o relacionados) que comienzan a usar (aunque no de una forma central) algunos conceptos vinculados a estudios de género y teorías queer. En varios se advierten referencias al texto de Salessi de 1995 (Médicos, maleantes y maricas…), que se convierte en un texto central para las diferentes derivas crítico-culturales académicas de la disidencia sexual en el siglo XXI. Esos libros configuran una serie o red de textos insertos dentro de la universidad y en el espacio específico de la crítica literaria. Principalmente me refiero a publicaciones como Hispanism and homosexualities (1998, ed. por Sylvia Molloy y Robert McKee Irwin), Camp y posvanguardia. Manifestaciones Culturales de un siglo fenecido (2000, José Amícola), Borges: realidades y simulacros (2000, Daniel Balderston), La batalla de los géneros (2003, José Amícola), El deseo, enorme cicatriz luminosa. Ensayos sobre homosexualidades latinoamericanas (2004, Daniel Balderston), Clases. Literatura y disidencia (2005, Daniel Link),3Sexualidades en disputa. Homosexualidades, literatura y medios de comunicación en América Latina (2005, Daniel Balderston y José Quiroga), entre otros.

En esa misma serie se podrían ubicar textos (algunos simultáneos, otros posteriores) de José Maristany, Gabriel Giorgi y el uruguayo Roberto Echavarren que, desde lugares muy diferentes y heterogéneos, abordan el análisis de la disidencia sexual en la literatura desde perspectivas críticas que toman categorías de las teorías queer. En el caso de Echavarren se puede advertir una trayectoria que comienza a fines de los noventa y continúa en el siglo XXI en diferentes abordajes sobre disidencia sexual y literatura (así como una obra literaria propia anclada en la disidencia sexo-genérica)4 en ensayos como Arte andrógino. Estilo versus moda en un siglo corto (1998) y Fuera de género. Criaturas de la invención erótica (2007). Otra serie de textos son los de José Maristany, que ya utiliza algunas categorías de los estudios queer en sus diferentes textos críticos, así como también piensa el término queer desde una perspectiva teórica en artículos y libros como “¿Una teoría queer latinoamericana?: Postestructuralismo y políticas de la identidad en Lemebel” (2008), Aquí no podemos hacerlo. Moral sexual y figuración literaria en la narrativa argentina (1960-1976), (2010, compilado por Maristany), “Del pudor en el lenguaje: notas sobre lo queer en Argentina” (2013), entre otros.

Los textos de Gabriel Giorgi configuran una producción crítica situada en diálogo con la teorización sexo-disidente. Hablar de los aportes de Giorgi (o cualquiera de lxs antes mencionadxs) en libros como Sueños de exterminio. Homosexualidad y representación en la literatura argentina contemporánea (2004) o Formas comunes. Animalidad, cultura, biopolítica (2014), excedería esta deriva. Pero no quiero dejar de señalar que, en el primero de los libros mencionados, Giorgi aporta la categoría “sueños de exterminio” que me parece muy potente para pensar las apariciones culturales de las disidencias sexuales. Ese libro fácilmente se puede incluir en la serie de textos y libros vinculados a disidencia sexual y estudios literarios en la primera década del siglo XXI.

4. Disturbios y subversiones

Creo que se podría pensar el año 2008 como el inicio de otra fase en esta serie de apariciones vinculadas a investigación sobre disidencias sexuales y literaturas, principalmente porque se inician trabajos (textuales, institucionales, activistas, etc.) en diferentes universidades de Argentina que, me parece, forman parte de un contexto específico en el que hay una creciente producción de textos e investigaciones que abordan la disidencia sexo-genérica. Un signo que me interesa señalar para pensar las apariciones textuales a partir del 2008 es la fundación del Programa Universitario de Diversidad Sexual (PUDS) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), un espacio que apareció en lo universitario, pero con objetivos activistas, políticos, académicos y sociales (Cocciarini, 2012). La perspectiva que adoptó el PUDS aborda un posicionamiento donde la disidencia sexual no es sólo un objeto de estudio, ya que se trabaja desde la diversidad sexual y la disidencia sexual como enunciaciones posibles para la construcción de conocimiento. Considero que la aparición del PUDS es una señal de algo que empezó a ocurrir en algunas universidades (muchas veces en espacios minoritarios o marginales). Con esto quiero decir que, más allá de lo heterogéneo de los desarrollos de cuestiones vinculadas a diversidad y disidencia sexual, desde el 2008 comenzaría a crecer de forma exponencial la cantidad de actividades vinculadas a la subversión sexo-genérica en el marco de diferentes universidades de Argentina. También se vive, a partir de ese momento (generalizando de una forma arbitraria), una creciente aparición del uso de términos como disidencias sexuales, queer, teoría queer, diversidad sexual, en diferentes eventos académicos como congresos, coloquios, jornadas, simposios, etc. Esto no quiere decir que no haya habido usos y apariciones anteriores, sino que es simplemente una generalización en función del caudal. Todo ese conjunto de actividades es sumamente heterogéneo y el uso de esos términos no necesariamente implica vinculaciones con el activismo político sexo-disidente. Pero muchas de estas apariciones se dan en el campo de estudios vinculados con cultura y literatura. Esta suerte de “crecimiento” o mayor aparición en espacios académicos (o relacionados) es un correlato de dos hechos puntuales (que están vinculados a trayectorias activistas que vienen de décadas anteriores): la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario (2010) y la sanción de la Ley de Identidad de Género (2012) en Argentina. A partir de estos hechos existe una expansión evidente de libros, textos y actividades universitarias vinculadas a disidencias y diversidades sexuales, feminismos, género, etc. Creo que existe un impacto de las leyes en el campo académico que hace que determinados temas aparezcan en la agenda universitaria (aunque no necesariamente desde perspectivas sexo-disidentes o feministas, quiero decir, es una expansión con mucha heterogeneidad).

En este segundo momento, en el campo específico del análisis literario (pero que podríamos ampliar a otras disciplinas)5 aparecen trabajos de investigación que, desarrollando enfoques vinculados a diversas teorías sexo-genéricas, llevan adelante tesis (de distinto tipo, doctorales, de maestría, etc.) que, en algunos casos, se vuelven libros o circulan en repositorios abiertos. Mencionaré algunos ejemplos de textualidades universitarias vinculadas a diferentes tesis que trabajan con la disidencia sexo-genérica y la literatura (en un sentido amplio), algunas de ellas publicadas o reelaboradas como libros (esto es un recorte incompleto en función de esta microgenealogía). En una primera fase, comprendida entre 2013-2015, podríamos ubicar Sexualidades disidentes en el teatro (2015, Ezequiel Lozano, libro producto de su tesis doctoral de 2013), Ficciones lesbianas. Literatura y afectos en la cultura argentina (2016, Laura Arnés, libro producto de su tesis doctoral de 2014), Representación transnacional de las sexualidades disidentes en textos culturales alemanes y españoles recientes (1987-2012) (2014, Facundo Saxe, tesis doctoral), Perlongher. Por una política sexual (2017, Javier Gasparri, libro producto de su tesis de maestría de 2015). En una segunda fase trascurrida entre 2017 y 2019 podríamos señalar Sexualidades disidentes en la literatura y el cine de habla alemana (1969-1980) (2017, Atilio Rubino, tesis doctoral), Formas de exclusión y fronteras sexuales en el cine argentino contemporáneo (1961-2012) (2018, Lucas Martinelli, tesis doctoral), Literatura y límite en la obra de Néstor Perlongher (2019, Javier Gasparri, tesis doctoral), sólo por mencionar algunas de esas tesis y libros. El caso de Arnés, Lozano, Gasparri y Saxe, configura una serie de tesis que son producto de recorridos de formación doctoral financiados por CONICET que luego se articulan como libros o tesis pero que abordan, en los cuatro casos, textos literarios y culturales desde perspectivas sexo-disidentes (mencionados antes). Por supuesto que es un recorte, pero creo que puede servir de ejemplo puntual de lo que ocurre con las disidencias sexo-genéricas en los estudios culturales en un momento de inflexión de la investigación en ciertos espacios (a veces marginales) de la universidad argentina (Barrancos, 2019), y que fueron realizados aproximadamente en el período 2009-2014. Esta es una serie acotada, pensando en textos producidos en la última década se podrían agregar también otras apariciones textuales que son un ejemplo del interés por pensar modalidades complejas de trabajo interdisciplinario con la disidencia sexo-genérica y la cultura en el contexto argentino: Desbunde y felicidad: de la cartonera a Perlongher (2011, Cecilia Palmeiro), Usina posporno. Disidencia sexual, arte y autogestión en la pospornografía. (2014, Laura Milano), Una erótica sangrienta. Literatura y sadomasoquismo (2015, compilado por José Amícola), Memorias, identidades y experiencias trans: (In)visibilidades entre Argentina y España (2015, compilado por Rafael Mérida Jimenez y Jorge Peralta), Fragmentos de lo Queer. Arte en América Latina e Iberoamérica (2016, compilado por Lucas Martinelli), Cuerpos minados. Masculinidades en Argentina (2017, compilado por José Maristany y Jorge Peralta), Escenas lesbianas. Tiempos, voces y afectos disidentes (2019, compilado por Laura Arnés y Facundo Saxe), Los mil pequeños sexos. Intervenciones críticas sobre políticas de género y sexualidades (2019, compilado por Mariano López Seoane), Desde el armario. Disidencia genérico-sexual en la literatura argentina (2019, compilado por José Maristany), y publicaciones en revistas académicas como el dossier “Perspectivas sexogenéricas: literatura, artes y política”, editado en dos números de la revista Badebec en 2016 y dirigido por Javier Gasparri, entre muchas otras apariciones que se podrían nombrar.

5. Enunciaciones

Creo que pensar las literaturas desde las disidencias sexuales es una posibilidad de enunciación teórico-crítica en el campo disciplinar del trabajo científico literario. Pero también una perspectiva crítica puede devenir una modalidad de laboratorio de experimentación crítico-textual que pone en tensión las formas en las que se construye el conocimiento en el cisheteropatriarcado. Algo de eso ocurre en los artículos que conforman este dossier, al re-pensar derivas y formas en las que el análisis de los materiales literarios se inserta en genealogías críticas e investigaciones específicas. Este dossier se ubica en torno a nodos culturales diversos y heterogéneos, en tensión y disputa, vinculados a políticas de recuperación y visibilidad de diferentes posibilidades del trabajo con estudios literarios, teoría y crítica literaria, estudios comparados, etc.

El artículo de Ximena Picallo y Guido Gallardo recupera genealogías de la crítica literaria argentina para pensar las operaciones políticas y teóricas vinculadas a lo queer y las disidencias sexuales en el campo crítico. El texto de Silvina Sánchez y Atilio Rubino revisita dos libros-hito de Marta Dillon desde una perspectiva interdisciplinaria que cruza memoria y disidencias sexo-genéricas. El artículo de María José Punte recupera categorías del análisis queer para pensar la disidencia sexual y la infancia en una novela de Mariana Docampo. Por último, el trabajo de Susana Pinilla tensiona los límites de lo que debe ser literatura para las ficciones de normalidad y aporta herramientas para pensar la narratología desde perspectivas sexo-disidentes. Este conjunto de artículos, además, se puede leer desde posiciones multidireccionales, pensando esta idea en varios niveles. Por un lado, la multidireccionalidad que descentra y tensiona el eje norte-sur, ¿por qué poner en un lugar jerárquico la producción de conocimiento sobre disidencias sexuales del norte?, pero también la direccionalidad de cómo se construye un artículo científico, recuperando genealogías locales y visibilizando temas y posibilidades de la relación literatura y disidencias sexuales como una posibilidad emancipatoria respecto al canon y las políticas conservadoras de la tradición cisheteronormativa. En ese sentido, la lectura y la investigación como formas re-torcidas, confluyen en la multidireccionalidad como un modo de disputa situada, porque torcer los modos de investigación y los modos de lectura pueden ser formas de visibilizar que las disidencias sexuales en la literatura, la crítica y la teoría literaria, y los estudios comparados, no son una novedad, sino que existen en el margen abyecto desde hace mucho tiempo, pero que han sido histórica y culturalmente invisibilizadas, negadas, borradas y reprimidas.

Este dossier simplemente pretende aportar algunas coordenadas más al eje literatura y disidencias sexuales, para pensar que la posibilidad de las disidencias sexuales en los materiales literarios puede formar parte de una trayectoria que no es limitada ni cerrada, sino una deriva-apertura contra-hegemónica que busca construir este campo como un horizonte de trabajo interdisciplinario desde las disidencias sexuales y las literaturas en un sentido subversivo y disruptivo para las políticas culturales disciplinadoras del sexo-género y la sexualidad en el presente inmediato

Por último, pensando en los relativos avances vinculados a la producción de investigaciones sobre disidencias sexuales y la genealogía específica de las disidencias sexuales en el campo de los estudios literarios, creo que también hay un punto en el que algunxs sostienen que el activismo o la militancia de las disidencias sexuales en el campo del trabajo académico (literario) no debería ocurrir. Considero esto un error grave, más si pensamos la entrada de las disidencias sexuales en la universidad simplemente como la incorporación acrítica de lo queer o la palabra que nos interese usar. Si el ingreso de las disidencias en campos como el de la investigación literaria académica significa una incorporación que simplemente construye una nueva etiqueta académico-científica de normalidad, creo que tenemos un problema. Me parece que simplemente jugar a construir una academia queer que establezca nuevas jerarquías y exclusiones no es el tipo de relación, rebelión y emancipación que me interesa para, por ejemplo, el dispositivo que aborda este dossier. Si las disidencias pierden su subversión sexo-política al construir conocimiento y se posicionan como una forma más de sostenimiento de vínculos de exclusión y dominación, creo que justamente dejan de lado su capacidad de liberación y visibilización de todxs aquellas subjetividades, identidades y trayectorias que, históricamente, han sido negadas, reprimidas y borradas. En todo caso, me parece que las disidencias pueden ser una forma tóxica de desestabilización de eso que las ficciones de normalidad (o “nueva normalidad”) pretenden construir como la única opción posible para pensar, por mencionar el tema del dossier, la relación entre la categoría disidencias sexuales y los materiales literarios. Creo que no se trata de construir nuevas hegemonías, sino de desarmar las políticas de exclusión y represión y de contribuir a visibilizar, crear y pensar otras formas de producción de conocimiento, y en el camino siempre recordar que muchxs todavía no han ingresado en la universidad. Y también que ese lugar, donde no ingresa la normalidad ni el canon, es el margen abyecto desde el que podemos intentar construir nuestra propia lengua subversiva para el análisis de la cultura y la literatura. Seguramente fracasemos, pero en todo caso será un fracaso cuir afectivo y lleno de placer.

Referencias

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Notas

1 Se podría pensar en Perlongher, a partir de dos grandes líneas (entre muchas otras que se pueden conformar) que se han ido configurando en los últimos años: verlo como unx teóricx sexo-disidente (y no sólo poeta por ejemplo) que configura su pensamiento en activismo, poesía, ensayos y recorridos académicos; o verlo como un antecedente de lo queer antes de lo queer. Personalmente creo que la idea de pensarlo como unx teóricx sexo-disidente es más interesante y da menos preeminencia a la palabra queer. En todo caso lo queer es un momento posterior a los aportes de Perlongher al pensamiento sexo-disidente.
2 También en los estudios en el campo de la filosofía se advierten hacia el siglo XXI una serie de textos que piensan los cruces entre filosofía, disidencias sexo-genéricas y diferentes textos vinculados a las teorías queer y otros momentos del pensamiento sexo-disidente. Textos de Mauro Cabral, Eduardo Mattio, Mabel Campagnoli (sólo por nombrar algunxs), abordan directamente cuestiones de disidencia sexual y pensamiento filosófico y han tenido mucha influencia en diversos campos, entre ellos el del trabajo académico con materiales literarios.
3 Los ensayos de Daniel Link se configuran en torno al trabajo con disidencias sexuales y culturas en un sentido amplio y con apariciones en algunos de ellos del uso del término queer: Clases. Literatura y disidencia (2005), Fantasmas. Imaginación y sociedad (2009), Suturas. Imágenes, escrituras, vida (2015) y La lógica de Copi (2017).
4 Por ejemplo, en novelas como Ave roc (1994) y El diablo en el pelo (2005).
5 Antología del culo. Textos de placer anal y de orgullo pasivo

Recepción: 12 mayo 2020

Aprobación: 15 mayo 2020

Publicación: 04 septiembre 2020

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