Descentrada, vol. 7, núm. 1, e200, marzo-agosto 2023. ISSN 2545-7284
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género (CInIG)

Comunicaciones

Masculinidades y política en la construcción del Partido Peronista de Pergamino, 1944-1946

Aída Toscani

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Cita recomendada: Toscani, A. (2023). Masculinidades y política en la construcción del Partido Peronista de Pergamino, 1944-1946. Descentrada, 7(1), e200. https://doi.org/10.24215/25457284e200

Resumen: La comunicación analiza las luchas de poder entabladas en el peronismo de Pergamino. El lapso temporal se inicia en 1944 –cuando comienzan los contactos entre algunos líderes sindicales de la zona con Juan D. Perón y Domingo Mercante– y finaliza en las elecciones de 1946 –cuando Perón se propone una nueva reconfiguración de las fuerzas políticas que le dieron el triunfo electoral. Se desentrañan las connotaciones de género que atraviesan esas disputas por el poder y las particularidades diferenciales en términos de perfil socioeconómico y político partidario de las masculinidades políticas en la escala local. Desde esa perspectiva, se discuten interpretaciones que han tendido a universalizar situaciones de otros contextos provinciales o nacionales.

Palabras clave: Peronismo, Masculinidades, Historia local.

Masculinities and politics in the construction of the Pergamino’s Peronist Party

Abstract: The communication analyzes the power struggles engaged in the Peronismo from Pergamino. The period of time began in 1944 –when some union leaders from this area began contacts with Juan D. Perón and Domingo Mercante– and it finished in the 1946 elections –when Perón proposed a new reconfiguration of the political forces that gave him the electoral triumph. We have unraveled the gender connotations that go through these disputes for power and the differential particularities in terms of socioeconomic and political of these masculinities at the local scale. From this perspective, we discussed interpretations that have tended to universalize situations from other contexts (provincial or national).

Keywords: Peronism, Masculinities, Local history.

1. Introducción

En esta comunicación se analizarán las relaciones establecidas entre los dirigentes que trabajaron en la construcción del Partido Peronista (PP) en Pergamino, en el período que transcurre de 1944 a 1946. El partido de Pergamino está ubicado en el norte de la provincia de Buenos Aires y es de muy temprana ocupación y partícipe activa de los movimientos políticos tras la independencia y consolidación del Estado nacional.

Al estudiar las prácticas desplegadas en el escenario político del peronismo en dicho distrito, se comprueba que el conflicto permeó cada una de ellas, interfiriendo en los propósitos planteados de una unidad requerida insistentemente como modo de unificar un movimiento de disímiles orígenes.1 Se coincide así con Moira Mackinnon cuando, al oponerse a la tradición bibliográfica, señala las disputas que atravesaron el partido enfrentaban las directivas del líder quien se proponía impulsar la unidad y la homogeneidad partidaria. En consecuencia, se advierte que en el peronismo subyacen “dos polos organizativos: uno democrático y otro carismático” y en la resolución de los conflictos se perfilaban las relaciones en la coalición dominante (Mackinnon, 2002, pp. 21-30). El término “coalición dominante” remite a configuraciones de poder; a quienes controlan las zonas de incertidumbre vitales para el funcionamiento de la organización (la competencia o expertise, las relaciones con el entorno, la comunicación, las reglas formales, el financiamiento, el reclutamiento) y varían en diferentes momentos.

El caso de Pergamino permite comprender la construcción de un universo político donde el espacio sindical tuvo un rol fundamental en la construcción del gobierno local, pasando las figuras más insignes de los sindicatos a ocupar cargos políticos municipales, provinciales o nacionales a la vez que consolidaban sus posiciones de poder.

El trabajo presenta el escenario político de Pergamino en los orígenes del peronismo y, a su vez, analiza la composición de esas fuerzas que a futuro confluirían en el Partido Peronista. Ellas fueron: el Partido Laborista, la Unión Cívica Radical Junta Renovadora (UCR JR) y el Partido Independiente. El lapso temporal se inicia en 1944 cuando se produce en Pergamino el primer acto de adhesión al coronel Perón y finaliza en las elecciones de 1946, cuando Perón se propone una nueva reconfiguración de las fuerzas políticas que le dieron el triunfo electoral.

Para entender el conjunto dirigencial peronista de Pergamino se aplicaron los recursos de la prosopografía, e incursionar en las trayectorias previas de los dirigentes, a fin de distinguir cómo jugaron en cada contexto de la historia partidaria y entender la dinámica en la construcción de las diferentes posiciones ocupadas por ellos (Ferrari, 2010, pp. 529-550). La perspectiva de Historia Local permitió visibilizar rasgos identitarios, de los sujetos como protagonistas de los hechos y sus estrategias (Fernández, 2007). La base empírica incorporó datos de los medios gráficos locales: La Opinión y el semanario El Tiempo. Se recurrió a los Archivos privados de las familias Pinto Álvarez-Ball Lima, García, Cirilo O’ Brien, Miguel Musacchio y Giles-Quintero. También, se realizaron entrevistas en profundidad y comunicaciones telefónicas con dirigentes y sus familiares, que resultan una forma de construir el relato histórico que se alimenta de un elemento cultural e histórico clave: la oralidad (Meyer, 1996). Así, esa herramienta permitió “construir sistemáticamente nuevas fuentes con base en la palabra para la versión propia de los nuevos actores sociales” (Aceves Lozano, 1999, p. 2). El discurso fue interpretado como acto social de los sujetos observados y facilitador de la interacción social. Es esa acción discursiva desde la cual se “expresa y modela las múltiples propiedades relevantes de la situación sociocultural que se denominan contexto” (Van Dijk, 2000, pp. 21-25).

La comunicación, entonces, presenta una descripción y análisis de las luchas de poder entabladas en el peronismo pergaminense, estableciendo relaciones con la política a nivel provincial y nacional. Al mismo tiempo, se propone desentrañar las connotaciones de género que atraviesan esas disputas por el poder, a partir de un análisis de las imágenes de masculinidad puestas en juego, en tanto la mayoría de los sujetos políticos que estaban dirimiendo el poder en los escaños más altos de la política local, eran varones que asumían una “posición” “en las relaciones de género, las prácticas (…), y los efectos de estas prácticas en la experiencia corporal, en la personalidad y en la cultura”, en este caso, en la política (Connell, 1997, p. 35). Esa masculinidad basculó sobre distintos perfiles: por un lado, el de referentes sindicales con trayectorias vinculadas a las reivindicaciones de su sector gremial en la localidad; por otro lado, los perfiles partidarios, que se desplegaron en diferentes frentes como los que tenían su origen en la UCR y la Alianza Libertadora Nacionalista. A ello, además, se le sobreimprime el status socio-profesional como un elemento definitorio de las masculinidades políticas intervinientes en la construcción del PP en Pergamino.

2. El escenario político de Pergamino en los orígenes del peronismo

El golpe de Estado del 4 de junio de 1943 rompió con una sucesión de gobiernos conservadores que, desde 1932, habían dirigido al país. La puesta en marcha de la Secretaría de Trabajo y Previsión supuso nuevas y mayores funciones sociales estatales. El 1° de mayo de 1944, Perón, en su discurso como responsable de la Secretaría de Trabajo y Previsión, anunció una serie de resoluciones que respondían a persistentes reclamos por parte de los trabajadores producto, entre otros factores, del fortalecimiento de sus sindicatos. También, y no menos importante, fueron las fracasadas negociaciones de Perón con los sectores del radicalismo encabezados por Amadeo Sabattini, que le restó una alianza importante con los intereses de las clases medias que representaba (Torre, 2014, pp. 111-112). De hecho, esto introduce un debate clásico respecto de quiénes apoyaron a Perón entre los dirigentes gremiales. Gino Germani (1977, p. 32-33) afirma que la dirigencia obrera tradicional no le prestó su apoyo como sí lo hicieron los trabajadores migrantes de las provincias del Interior recientemente ingresados al mundo fabril. Juan Carlos Torre, oponiéndose a esas teorías, muestra que “la vieja guardia sindical” prestó su colaboración al accionar de la Secretaría de Trabajo y Previsión, consciente de la asimetría de poder entre ellos y las patronales (Torre, 2014, p. 80).

Para la provincia de Buenos Aires, Oscar Aelo (2012, pp. 41-44) señala que tres fueron las fuerzas que aportaron dirigentes al nuevo espacio político que impulsaba el coronel Perón. Primero, los dirigentes gremiales que se volcaron a la política y que canalizaron su accionar a través del Partido Laborista. Segundo, los dirigentes provenientes del radicalismo que se habían separado del partido a partir de 1930; además de sumar el grupo de Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA) que rompió con el radicalismo y aportaron sus ideas de un nacionalismo popular. La tercera vía fue estatal. La gestión de Atilio Bramuglia como interventor de la provincia de Buenos Aires, en 1945, favoreció el reclutamiento de los primeros colaboradores, que el autor registra como Comisionados municipales.

Los gremios más antiguos de Pergamino se organizaron en las primeras décadas del siglo XX (Restaino, 1998, pp. 216-217). Los dirigentes que tuvieron papeles relevantes en el período estudiado mostraban una trayectoria gremial iniciada en niveles dirigenciales en la década de 1930 y luego asumieron responsabilidades en el Partido Laborista de Pergamino (Cuadro 1).

Cuadro 1
Trayectoria de integrantes del Partido Laborista Período 1946
Trayectoria de integrantes del Partido Laborista Período 1946

Ahora bien, uno de los elementos característicos del escenario pergaminense es que entre los integrantes de las otras fuerzas políticas que confluyeron en el peronismo, la UCR JR y la Alianza Libertadora Nacionalista, muchos provenían también del sindicalismo (Cuadro 2). Esto contrasta con los análisis que sostienen que los integrantes de la UCR JR tenían una “larga actuación en los avatares de la política criolla” y eran poseedores de una experticia de la que carecían los políticos provenientes del laborismo, de extracción obrera (Mackinnon, 2002, p. 51). Si bien los integrantes de la UCR JR de Pergamino habían militado en las filas del radicalismo, no habían ocupado cargos públicos, y fueron definidos como “obreristas” por el tenor de sus discursos y posicionamientos ideológicos, rebelándose contra la dirigencia, definida como claudicante, lo cual los empujó –en diciembre de 1941— a renunciar a los cargos dentro de la Comisión de la Juventud Radical (Restaino, 1998, p. 195). En los primeros actos de la UCR JR, al introducirlo como orador a Guillermo Ball Lima, destacaban que era el primer profesional en sumarse a ese espacio. Más adelante, se incorporaron otros como Cirilo O’Brien o Leandro Laguía, también militantes en la Juventud Radical. Por tanto, quienes presidieron la UCR JR eran obreros y empleados de gremios que, si bien transitaron por una militancia radical, nunca conformaron la elite dirigencial de ese partido, por provenir de familias de baja extracción social.

Cuadro 2
Dirigentes provenientes UCR JR.
Dirigentes provenientes UCR JR.
Fuente: elaboración propia con base en entrevistas, bibliografía y prensa local.

Finalmente, entre los dirigentes de la Alianza Libertadora Nacionalista se encontraban: Marcelo Conti, del sindicato de carpinteros; Francisco Mazzei, obrero de la Cooperativa Eléctrica de Pergamino e integrante del sindicato de Luz y Fuerza. También, había empleados administrativos como Carlos Fusco, Miguel Ángel Ballesteros, Quinque Torrent, y profesionales como el Dr. Pedro Porrachia. En el contexto de la contienda electoral de 1946 conformaron el Centro Cívico Coronel Perón y este adhirió al Partido Independiente, siendo su presidente José Visca (Kraft, 1955, p. 646), designado secretario electoral y organizador de ese partido en la segunda sección electoral y con experiencia en cargos políticos y partidarios en el gobierno conservador.

En la discusión acerca de la contribución de los conservadores al Partido Peronista, coincidimos con Oscar Aelo (2012) cuando quita incidencia a ese sector político en el armado del peronismo bonaerense. Sin embargo, no puede desconocerse la significación de un personaje como José Visca, único representante del conservadurismo pergaminense en los diferentes partidos que apoyaron a Perón.

Definidas las fuerzas políticas del peronismo en Pergamino, procederemos a explicar las disputas entre facciones que se desplegaron en el contexto que llevaría a la creación del Partido Peronista en ese distrito y a la consolidación de la primera coalición dominante integrada por el sector dirigido por Diego García.

3. Disputas por el liderazgo en los orígenes del peronismo en Pergamino, 1944- 1946

En Pergamino, a partir de las medidas de alcance nacional, impulsadas por el coronel Perón como Secretario de Trabajo y Previsión a favor de los trabajadores, comienza a gestarse la convocatoria a un acto de apoyo a su gestión, que se concretaría en agosto de 1944, impulsado por el secretario del sindicato de Mozos, Diego García. Los hechos iban en paralelo con lo acontecido en Capital Federal y el Gran Buenos Aires (Torre, 2014, pp. 107-108).

Diego García era un español venido a la Argentina junto a su familia, a los doce años. Al terminar el cuarto grado del ciclo primario, empezó a realizar pequeñas tareas para ayudar a la economía familiar, pero el oficio de mozo sería su trabajo definitivo. La situación de indefensión frente al poder patronal lo impulsó, junto a otros compañeros, a organizar un sindicato donde lo eligieron secretario general en 1932. Producido el golpe de estado el 4 de junio de 1943, García comenzó a establecer contactos con el coronel Juan Perón, a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, a través del mayor Fernando Estrada.2 Su capacidad de liderazgo permitió organizar una comisión en junio de 1944 integrada por catorce gremios que, mayoritariamente, eran de la ciudad y de las localidades rurales del partido de Pergamino y se acordó la fecha del Acto para el 27 de agosto (Restaino, 2008).

El diario La Opinión describe la atmósfera del acto. “Desde muy temprano, a pesar del viento frío y una persistente llovizna, la ciudad de Pergamino se vio convulsionada por grupos de trabajadores. Fueron 30.000 voluntades las que vitoreaban a Perón”.3 El hecho fue significativo porque no se registraba una participación tan masiva y, además, mostró la capacidad organizativa de los sindicatos que posibilitaron la amplia convocatoria. Perón fue obsequiado con un sable con empuñadura de oro pagado por los sindicatos entre sus afiliados. Todo el acto fue demostrativo de la hegemonía masculina que organizó y lideró todas las actividades, determinando las formas de participación de mujeres y varones. En este reparto de tareas, las hijas de García, Titina y Yolanda, fueron las encargadas de entregar el sable y, a pesar de ocupar brevemente el centro de la escena, el hecho no modificó lo subalterno del papel femenino.

El regalo estuvo asociado al estereotipo masculino encargado de la defensa del honor con valor y sangre fría, propio de una casta guerrera (Mosse, 1996, p. 23). Al obsequiar el sable al coronel Perón, se le estaban reconociendo las cualidades militares de conducción. García lo explica entendiendo los cambios de época y reconoce que quedó atrás el batallar “de Güemes y sus gauchos y San Martín y sus valientes negros […] hoy la lucha es contra los que oprimen al que produce, por eso hemos pensado en la Espada de la Justicia”. Y finalizaba “Vos Señor la habéis conquistado, por ello os proclamo ‘Caballero del Trabajo’”. Perón, al tomar la espada contesta: “Con emoción recibo y acepto esta espada de la Justicia Social que no debió estar separada del yunque y el martillo que simbolizan el trabajo de la Patria” (Restaino, 2008, pp. 28-29).

La consagración de Perón como “Caballero del trabajo” mostraba su cercanía con los trabajadores, imagen que se verá reforzada en los siguientes años vestido de overol y trasmitiendo potencia y habilidad y siempre con el gesto amable y sonriente (Milanesio, 2014, p. 4). Así, en ese primer acto se delinean ciertas imágenes de masculinidad utilizadas para sellar la alianza entre actores políticos provenientes de ámbitos sociales tan disímiles como el militar y el mundo de trabajo.

El año 1945 constituirá un período en el que se definirán lineamientos claves entre los diferentes sectores sociales. Por un lado, los trabajadores que avanzaron consolidando su fuerza organizativa frente al gobierno que disminuía su control sobre ellos, en tanto las clases medias y los empresarios se aliaban contra el régimen reclamando democracia y Constitución. Con el fin de fortalecer la unidad del movimiento obrero, Perón encomienda a Diego García organizar la Federación de Obreros del Norte de la provincia de Buenos Aires, de la cual será presidente y Aclerio Raimundo secretario (Restaino, 2008, p. 56). Desde ese espacio su presidente despliega una activa labor para fortalecer las organizaciones obreras de la región encabezando multitudinarias movilizaciones, reclamando el cumplimiento de los derechos laborales.

En ese mismo año, se conforma la Delegación Regional de la CGT con los partidos de Pergamino, San Antonio de Areco, Capitán Sarmiento, Arrecifes, Salto, Rojas, San Nicolás, Exaltación de la Cruz y Colón, correspondiéndose con la 2a. Sección Electoral. Se eligió como secretario regional a Miguel Musacchio representante de la Unión Ferroviaria (UF) de Pergamino.4 La conformación de dos entidades de carácter gremial y coincidentes en la jurisdicción que manejaban, mostró la estrategia de Perón que “desequilibraba los juegos horizontales de poder” (Mackinonn, 2002, p. 62). El objetivo fue impedir el crecimiento de un solo sector y, en consecuencia, eludió el apoyo irrestricto a la UCR (JR). El juego de oposiciones se conjugó, al enfrentar en un mismo escenario a Musacchio, dirigente de la UF, entidad siempre díscola frente a la autoridad partidaria, con García, dirigente de un gremio mucho menos relevante como el de los Mozos. Sin embargo, García compensó esa debilidad al desplegar un eficaz entramado de redes entre sindicatos y el armado político que construyó Perón después del 17 de octubre de 1945.

Tras los históricos sucesos protagonizados por los/as trabajadores/as en dicha jornada, Perón emergió fortalecido y ocupando un lugar expectante en el escenario político frente a la proximidad de las elecciones en los primeros meses de 1946 (Torre, 2014; Aelo, 2012; Mackinonn, 2002). Las heterogéneas fuerzas sindicales que habían confluido en apoyo a Perón iniciaron un rápido armado organizativo para participar del acto electoral cuya fecha se acordó para el 24 de febrero de 1946.5

El 24 de octubre de 1945, tras reuniones decisorias donde participó García por sus contactos con los principales dirigentes nacionales, importantes sectores de trabajadores constituyeron formalmente el Partido Laborista. Como réplica a esa decisión, en Pergamino se organizó una estructura local del laborismo, cuyo local ubicado en las calles Alem y Lagos llevó en el frontispicio “Una conciencia marcha”. El 11 de diciembre de 1945 se constituyó una Junta Provisoria donde se eligió como presidente a Diego García (Mozos); vicepresidente, a José Arango (UF); Antonio Puplo (Gráficos) fue designado en la Secretaría General; Samuel Altube (UF) en la secretaría de Cultura y Propaganda, y Ricardo Moreno como tesorero (Restaino, 2008, pp. 62-63).6 Los hombres que ocuparon los principales cargos fueron los oradores y responsables de una activa campaña, a partir de la cual recorrieron los barrios y las localidades rurales del Partido.7 El otro espacio que apoyó la fórmula Perón–Quijano lo constituyó el Comité Yrigoyen-Perón de la UCR JR que, en Pergamino, mostró la particularidad de una dirigencia constituida mayoritariamente por obreros. La excepción, en ese momento, fue su presidente, el abogado relacionado con el sindicato de Luz y Fuerza, Guillermo Ball Lima. Luego, se sumarían otros profesionales. En los comicios internos, los convencionales recibieron el mandato de proponer para diputado nacional a Guillermo Ball Lima y como diputado provincial, a Miguel Giuliano, presidente de la UF.

En el acto del 30 de diciembre de 1945, los dirigentes expresaron el posicionamiento ideológico de la agrupación y le hablaron a un público con presencia mayoritariamente obrera. El eslogan de campaña de Giuliano lo caracterizó como “un nuevo valor político salido del alma del pueblo”, lo que permitió delimitarlo por oposición tácita a la oligarquía. El acto se cerró con la alocución de Ball Lima denotando su posición “obrerista”, cuando afirmó “la necesidad de extirpar los viejos políticos negreros infiltrados en las filas de los obreros".8 Ball Lima consideraba que no había “libertad sin una base económica igualitaria”, explicando así la necesidad de justicia social para apuntalar la democracia. Finalmente, reconoció que “Perón ha recogido las banderas que cayeran de la mano de Yrigoyen” y consagró, así, la continuidad histórica entre el radicalismo y el peronismo (Salomón, 2012, pp. 49-50).

En los discursos, tanto del laborismo como de la UCR (JR), el sujeto de referencia fue el obrero, cuyos atributos definieron el nuevo arquetipo viril en lo político de ese momento: “alma de pueblo”, además de honestos y esforzados en contraposición con “los viejos políticos.” Los trabajadores, al compartir el escenario con políticos tradicionales, introducen nuevas formas discursivas y sostienen proyectos mejoradores de la situación laboral. Al comparar las alocuciones de los senadores provinciales, Diego García, por el laborismo (1946-1948), y Vicente Biscayart, por el radicalismo (1946-1952),9 ambos de Pergamino, se advierte que el primero exalta su condición de obrero que lo guía en su gestión cuando afirma: “Nosotros que venimos de la clase obrera entendemos el dolor de la injusticia porque lo sufrimos en carne propia”.10 En contraposición, Biscayart apoyó un proyecto que, si bien beneficiaba a los trabajadores, funcionaba como dádiva desde un afuera, al sostener: “esa cantidad de gente pobre respecto de la cual estamos empeñados en abaratarle la vida”.11 Entre ambos, se observa el desplazamiento del arquetipo político en el universo de la masculinidad hegemónica, dando surgimiento a uno nuevo integrado por obreros que, como sujetos históricos, actuaban para modificar la realidad de pobreza vivida; pero uno se reconocía parte, mientras el otro se posicionaba como observante.

En las elecciones de 1946, la Junta Renovadora y el partido Laborista fueron con listas separadas. Sin embargo, este acordó una alianza con el Partido Independiente, integrado por los miembros de la Alianza Libertadora Nacionalista y el conservadurismo, lo cual mostró una gran habilidad negociadora, que generó conflictos (Aelo, 2012). La campaña transcurrió con un ritmo frenético, donde las fuerzas políticas recorrieron los distintos barrios urbanos y los pueblos rurales con movilizaciones en las calles, en los locales y propaganda en los medios gráficos y radiales.12

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Público en el acto de proclamación de candidatos del Partido Laborista en Pergamino, 19 de febrero de 1946
Público en el acto de proclamación de candidatos del Partido Laborista en
Pergamino, 19 de febrero de 1946
Fuente: Archivo privado de la familia García.

Los resultados de las votaciones en Pergamino fueron promisorios para la lista del laborismo, que obtuvo 7.582 votos en la fórmula presidencial, 2.582 más que la de Tamborini y Mosca; en la candidatura a la gobernación, 57%; 50% para senadores provinciales y 53% para diputados provinciales (Salomón, 2012, p. 63).

Entre los candidatos del Partido laborista por la 2° sección electoral, resultaron electos para cargos provinciales Diego García (Senador) y Samuel Altube (Diputado), y el diputado nacional José Visca. A diferencia de otros distritos, en Pergamino, la UCR Junta Renovadora que había apoyado la candidatura de Ball Lima como diputado nacional y de Miguel Giuliano como diputado provincial, no obtuvo representación en la Legislatura. En Pergamino, el peso de los datos muestra que la fuerza principal en esa primera estructura partidaria la constituyó el Laborismo, con el triunfo de su lista en 1946 y liderando el sector de García la coalición dominante.

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Diego García celebrando su elección como senador provincial en el sindicato de Mozos
Diego García celebrando su elección como senador provincial en el sindicato
de Mozos
Fuente: Archivo de la familia García.

Estos resultados se enmarcan en lo señalado por Darío Cantón (1964), al sostener que en el ámbito legislativo se rompen los patrones referenciales de sujeto político al modificarse la posibilidad de ingreso a los lugares de poder. Así, se asiste a un desplazamiento en el universo de la masculinidad hegemónica, dando lugar a la aparición de un nuevo arquetipo político que se legitima no ya en su saber experto –como podía ser el caso de abogados o médicos– sino en su saber laboral, en su experiencia como trabajador, en su reivindicación de la lucha por los derechos de sus pares. Alcanzar esos lugares implicaba un cambio en la lógica institucional y en la cofradía que constituye la masculinidad hegemónica. Por el otro, el marco en el que se dio la llegada a la banca supuso que los cargos legislativos fueran espacios donde los dirigentes sindicales reclamaron lugares expectantes en las listas, como se mostró en el Congreso del Laborismo provincial. Sin embargo, no deja de implicar un cambio subjetivo en quien se ubica en una situación impensable, según los marcos en los que se desarrolló su vida hasta entonces (Cantón, 1964).

4. Consideraciones finales

En el escrito se analizaron los fuertes conflictos desatados por el control del poder entre las fuerzas que contribuyeron al triunfo electoral de febrero 1946 y empujaron a Perón a proclamar, el 23 de mayo de ese año, la unificación de los partidos de la coalición en el Partido Único de la Revolución (PUR). También, estableció que las etapas de toda revolución positiva –destino, unidad y organización y su concreción– exigen la solidaridad y unidad de los grupos que estructuran el gobierno. Ese es el momento en el que se abre un nuevo período de disputas internas y es donde cerramos nuestra indagación.

La temática trabajada abre la discusión para repensar a las relaciones de prestigio y poder como fundamento del conflicto. En esta comunicación se intentó demostrar que el sindicalismo adquirió un peso considerable en la construcción del peronismo masculino en Pergamino, en el cual, entre sus dirigentes, predominaban obreros de diferentes sindicatos, pero en especial de la Unión Ferroviaria y el liderazgo muy particular del secretario de gremio de Mozos y Afines, Diego García. Esa dirigencia sindical se proyectó con eficacia y solidez en el espacio político, ocupando los cargos más expectantes a nivel local, provincial y nacional.

Las razones de los enfrentamientos complejizan lo descripto por Mackinnon (2002). Según la autora, los integrantes de la JR tenían “una larga actuación en los avatares de la política criolla”, respaldo para pretender candidaturas y cargos políticos, apoyados por la clase media. Los laboristas, en tanto, integraban una fuerza nueva, aglutinados en la clase obrera sin esa experiencia (pp. 50-52), idea que también reproduce Restaino (2008, pp. 72-73). Sin embargo, esas facciones no se replican en Pergamino, con el agregado de que solo los principales dirigentes del laborismo alcanzaron cargos legislativos provinciales.

Finalmente, las diferenciaciones gremiales jugaron un papel singular en el proceso de conformación del PP Masculino en Pergamino, donde el conflicto se constituyó en un eje modelador de las acciones faccionales, y la lucha por la hegemonía del espacio político, velaba, en tanto irresuelto, los altos objetivos de justicia, soberanía e independencia insistentemente proclamados e impulsados por todos. Al reducir la escala de observación, puede entenderse el enfrentamiento como una práctica genérica, ejercida desde la masculinidad hegemónica para sostener una posición dominante frente a otros hombres y mujeres.

Pudimos considerar cómo el sujeto político se delineó como masculino y, asimismo, la política fue definitivamente androcéntrica, en tanto el “androcentrismo hace referencia a la adopción de un punto de vista central, que modela el espacio y la vida social, se afirma hegemónicamente y todo lo que no se ajuste a sus propósitos es considerado inferior” y, para perpetuar su hegemonía, se imponen sobre hombres y mujeres mediante la coerción y la persuasión/disuasión” (Moreno Sardá, 2007, pp. 91-109). Al hacerlo, determinan que los varones son quienes pactan el contrato social y político sobre el que se construye la sociedad y el que, además, funda la creación del Estado y el juego propio de la política. Es lo que Carole Pateman (1995) llama el contrato sexual por medio del cual los varones se convierten en “procreadores de la vida política y social porque traspasan la esfera pública y la privada” (p. 23). De este modo, al destacar el predominio masculino en el escenario político, pudimos entender de qué modo el género organizó las prácticas sociales en múltiples masculinidades que se articularon en procesos de configuración de prácticas organizadas en torno a las disputas por la hegemonía política.

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Salomón, A. (2012). El peronismo en clave rural y local. Buenos Aires 1945-1955. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes.

Torre, J. C. (2014). La vieja guardia sindical y Perón. Buenos Aires: Ediciones Razón y Revolución.

Van Dijk, T. (2000). El discurso como interacción en la sociedad. En T. Van Dijk (Comp.), El discurso como interacción social (pp.19-66). Barcelona: Gedisa.

Notas

1 Los conflictos entre la dirigencia peronista en otras localidades pueden seguirse en Quiroga (2004); Prol (2012); Marcilese (2015), y Macor y Tcach (2014).
2 Entrevista en profundidad de la autora a Yolanda García, el 15 de febrero de 2016.
3 La Opinión, 28 de octubre de 1944.
4 Entrevista telefónica de la autora a Enrique Musacchio, el 22 de septiembre de 2020.
5 Al describir el proceso de la movilización del 17 de octubre y del posterior armado del Partido Laborista, la UCR JR y el Partido Independiente para participar del acto eleccionario del 24 de febrero de 1946, se siguieron los trabajos de Torre (2014), Aelo (2012), Mackinnon (2002) y Salomón (2012).
6 La Opinión, 13 de diciembre de 1945.
7 La Opinión, 03 de febrero de1946; 11 de enero de 1946; 22 de enero de 1946.
8 La Opinión, 1 de enero de 1946.
9 Vicente Biscayart era médico y tenía una larga trayectoria como legislador por el radicalismo.
10 Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires, Diario de Sesiones, 11° Sesión Ordinaria, 21 de agosto de 1946, Tomo I, p 229.
11 Ibídem, p. 386.
12 La Opinión, 10 de febrero de 1946.

Recepción: 10 Noviembre 2022

Aprobación: 05 Febrero 2023

Publicación: 01 Marzo 2023

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