Descentrada, vol. 7, núm. 1, e201, marzo-agosto 2023. ISSN 2545-7284
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género (CInIG)

Entrevistas

Construir feminismos con agenda propia: la Biblioteca Popular de las Mujeres de Tandil

María Gabriela Barcaglioni

Instituto de Cultura Jurídica, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Nacional de La Plata , Argentina
Cita recomendada: Barcaglioni, M. G. (2023). Construir feminismos con agenda propia: la Biblioteca Popular de las Mujeres de Tandil. Descentrada, 7(1), e201. https://doi.org/10.24215/25457284e201

Resumen: Entrevista a Liliana Giannatasio, cofundadora de la Biblioteca Popular de las Mujeres de Tandil (Provincia de Buenos Aires). La biblioteca fue creada en 1997 y es la primera del país y la única de la Provincia de Buenos Aires que ofrece textos escritos por mujeres y sobre temáticas de la agenda de las mujeres.

Palabras clave: Bibliotecas populares, Feminismo, Literatura, Tandil.

The Biblioteca Popular de las Mujeres (Women’s Popular Library) of Tandil. Making feminism with its own agenda

Abstract: Interview with Liliana Giannatasio, co-founder of the Biblioteca Popular de las Mujeres (Women’s Popular Library) in Tandil (Province of Buenos Aires). Founded in 1997, the library was the first in Argentina and the only in the Province of Buenos Aires that offers texts written by women and related to women’s agenda.

Keywords: Popular libraries, Feminism, Literature, Tandil.

La Biblioteca Popular de las Mujeres, ubicada en la ciudad de Tandil, creada en 1997, es la primera del país y la única de la Provincia de Buenos Aires que ofrece, fundamentalmente, textos escritos por mujeres y sobre temáticas de la agenda de las mujeres. Su convicción es hacer práctica militante desde hace veinticinco años y lo expresan en su lema “un Lugar para la Voz de las Mujeres”. Desde la Biblioteca, se propusieron e impulsaron talleres, programas de radio, boletines, documentos y actividades que no solo visibilizaron (y siguen haciéndolo) las producciones de las mujeres, sino también las dificultades en el acceso a sus derechos, los estereotipos y las opresiones, con el objetivo de amplificar las voces de denuncia cuando sus potestades son vulneradas.

Liliana Giannatasio, profesora de Historia (Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, UNICEN), comunicadora, cofundadora del grupo Sin Moldes y cofundadora de Biblioteca Popular de las Mujeres, es una de sus integrantes. Ella es alguien con el recorrido y la empatía necesaria para comprometerse e involucrarse en la defensa de los derechos humanos, especialmente de las mujeres. Una persona que guarda la memoria, el registro, del cruce que significó en nuestro país la defensa de los derechos humanos tras la dictadura y los feminismos. Una de nuestras ancestras, aunque el impulso joven de quien tiene ideales y quiere cambiar el mundo estén intactos como en los sesenta y en los setenta.

La transición democrática es un punto de inflexión importante: desde entonces se articularon desde el movimiento de mujeres y feministas una serie de acciones que se plasmaron en leyes y programas de gobierno. La década estuvo marcada por el inicio de los Encuentros Nacionales de Mujeres (1986) y la creación de agendas feministas transnacionales, especialmente con feministas latinoamericanas y caribeñas.

Según Gina Vargas (2002), durante los procesos de transición democrática que se vivieron en la mayoría de los países latinoamericanos, el movimiento feminista se enfrenta a nuevos escenarios y atraviesa una serie de tensiones y nudos críticos caracterizados por su ambivalencia. En este contexto, señala la autora, uno de los cambios significativos lo constituye el pasar (en general) de una actitud anti-estatista a una postura crítica pero negociadora con el Estado y los espacios internacionales.

En América Latina, más allá de las múltiples diferencias y matices entre las corrientes internas, el feminismo discutía un tema que centralizaba los debates: la institucionalización de las organizaciones no gubernamentales que facilitara recibir financiamiento del Estado o de Organismos Internacionales para sostener los proyectos o mantener las organizaciones autogestionadas con financiamiento propio. Algunas planteaban que la institucionalización conllevaba el peligro de quedar en la órbita de instituciones que reproducían modelos patriarcales en sus políticas o se evaluaba que la influencia de los organismos internacionales condicionaría las acciones de los grupos feministas a cambio de financiamiento. También, creían que haría perder los lazos de horizontalidad, mientras que otras veían peligrar la continuidad de la labor en los contextos de crisis que se vivían y consideraban que podrían manejar los temas de intervención.

Como señala Dora Barrancos,

es bien conocido el enfrentamiento doloroso que se puso en evidencia en el feminismo latinoamericano desde fines de los años 1980, cuando se dividieron las aguas entre “institucionales” y “autónomas”. Pero esa contienda no fue experimentada en la Argentina, al menos bajo las formas abruptas –a menudo muy enconadas– que tuvieron lugar en otros países de la región, tal vez porque la Argentina no fue una receptora de recursos internacionales relevantes provenientes de las agencias que secundaron la obtención de derechos femeninos (s/a, p. 12).

Pandora y Sin Moldes fueron grupos que antecedieron –y a partir de los cuales se conformó— la Biblioteca Popular de las Mujeres. Pandora se inició en 1992 como grupo de lectura y discusión sobre los derechos de las mujeres, conformado por Poupee Cáceres Cano, Aurelia Pereyra, Norma Speranza y Matilde Rodríguez. Las impulsaba la idea de generar una publicación que profundizara la comunicación con otras mujeres. Fueron ellas quienes, también, organizaron un encuentro regional de mujeres en 1993.

Liliana recuerda que se incorporó en 1993, cuando el grupo comenzó un programa de radio llamado Sin Moldes junto a Matilde Rodríguez, locutora. De allí tomó el nombre el grupo al que se le sumó la psiquiatra Guillermina Berkunsky. Sin Moldes fue una de las acciones que llevaron a cabo quienes hoy integran la Biblioteca Popular de las mujeres de Tandil. La idea era tender redes, pararse en un lugar distinto para analizar la realidad y tomar la palabra para denunciar las vulneraciones de derechos:

Con el auge de las FM, nos ofrecen un espacio y empezamos con el programa radial los sábados de dos a tres de la tarde. Eso consolida al grupo porque nos teníamos que reunir entre semana para poder hacer la producción y comenzamos así, con una hora los sábados, en la hora donde las mujeres limpian los platos o la casa porque tenía que ser un horario en el que la mujer estuviera en la casa y nos vino bien el sábado. Eso lo hacemos, creo que, desde el 94 hasta el 96. Ese programa, básicamente, tenía un bloque que tenía que ver con informaciones generales vistas desde la óptica nuestra: cómo leemos nosotras el diario o cómo escuchamos la radio. La segunda parte era más informativa sobre algún tema que nos interesara, tratábamos de leer alguna cosa que nos había llegado o debatir entre nosotras y también tenía que ver mucho con recursos, a ver dónde podían dirigirse o, a quien podían ver, o dar nuestros propios teléfonos para tener una consulta. Eso nos posibilitó desestructurar un poco las cuestiones que tenían que ver con programas que se podían considerar... bueno, son programas de mujeres.

La experiencia fue muy positiva: irrumpieron con sus voces en el espacio público y político al hablar de acoso sexual, derechos sexuales reproductivos y no reproductivos, menopausia, aborto, violencia de género, violación en el matrimonio y acoso laboral. También se divulgaban temas musicales entre los que se daba lugar a composición de mujeres o interpretadas por ellas.

En 1996, murió Poupée Cáceres Cano y el grupo se reconfiguró. La biblioteca personal de Poupée -donada por su esposo que también colaboró con el alquiler de un local- fue la base sobre la que conformaron un centro de documentación y atención de mujeres. Allí, brindaron orientación a las mujeres junto con nuevas integrantes como Ana Bobbio, psicóloga social, Julia Valor, Luciana Ruiz, egresada de la UNCPBA, entre otras. En este punto de la historia, en 1997, es que comienza la Biblioteca popular y, a la vez, se expande su acción:

lo que debíamos definir ahí, porque ya teníamos la biblioteca constituida, era si nos quedábamos como un centro de la mujer, centro de estudios o algo así; o nos constituíamos como biblioteca, como una asociación civil. Entonces, estábamos las que decíamos nos formalizamos y hacemos un lugar donde las mujeres puedan venir a charlar, a contar, que nosotros podamos seguir investigando con algo de ingreso, de subsidio (porque nos subsidiaban como biblioteca) o nos quedamos como un centro de estudio dónde venimos si podemos, abrimos si podemos, pagamos si podemos, o sea, todo era como muy voluntarista si lo seguíamos por ese camino. Las otras estábamos muy incentivadas por la gente de Bibliotecas de provincia que nos decían que, si nosotras ingresábamos como una biblioteca popular, podíamos recibir el subsidio que se daba a una biblioteca popular y, con el tiempo, estar ingresadas al CONABIP. (…) para nosotros fue una puerta enorme porque (…) no hubiéramos podido estar 25 años si no teníamos esa formalidad como asociación civil.

En 1999, algunas siguieron sus actividades bajo la denominación Sin Moldes y otras constituyeron la “Biblioteca Popular de las Mujeres: un Lugar para la Voz de las Mujeres”.

Grupo Sin Moldes en una reunión del año 1995. Luciana Ruiz y Guillermina Berkunsky (arriba) Liliana Gianetassio, Patricia Londeix, Aurelia Pereyra y Analía Miron (abajo).
Grupo
Sin Moldes en una reunión del año 1995. Luciana Ruiz y Guillermina Berkunsky (arriba) Liliana Gianetassio,
Patricia Londeix, Aurelia Pereyra y Analía Miron (abajo).
Fuente: fotografía cedida por la entrevistada de su archivo personal.

Construyendo agendas

Nosotras nos juntamos dos o tres y lo que queríamos hacer era una boletina o una cosa que fuera de difusión de algunas de las cosas que estábamos leyendo, que tenía que ver básicamente con violencia hacia las mujeres. Básicamente era eso, porque había llegado Poupée de Brasil que venía de trabajar mucho con organizaciones feministas y, sobre todo, con violencia hacia las mujeres.

Así fueron los inicios, recupera Liliana, una agenda que, al ritmo de los procesos sociohistóricos y culturales que contextualizaron el nacimiento de esta organización, se centraba en las violencias contra las mujeres, primero focalizadas en el ámbito doméstico y familiar para, luego, abrirse en las diferentes manifestaciones que incluyen la categoría género en su análisis y hoy se complejizan en base a la interseccionalidad para su abordaje.

Poupée estuvo exiliada. [Primero], en el 66, durante la dictadura de Onganía. La segunda vez que se exilia, en el 76, se va a Brasil y ahí se pone en contacto y trabaja con grupos, sobre todo porque ella era del partido socialista e inmediatamente empieza a trabajar con grupos de mujeres en Brasil. Así que ella estaba llegada (sic) de Brasil con mucho material que había traído y alguna experiencia. Entonces, estaban Aurelia, Matilde Rodríguez, Poupee, yo y no me acuerdo si había alguna otra más, Norma Esperanza creo, y nos reuníamos en la casa de Aurelia para leer cosas que tuvieran que ver con estos temas y con la idea de hacer alguna boletina o alguna cosa que saliera para comunicarnos con otras mujeres.

El Programa radial Sin Moldes profundizó esta agenda:

Lo más importante fue que se empezó a hablar de palabras que nunca habían salido por radio: de aborto, de interrupción del embarazo, de deseo, de menopausia, de menstruación, de violencia en el matrimonio, digamos de violación en el matrimonio, esas cosas no se habían hablado. (...) Era la época para eso, pero no en Tandil. Y ahí, pensá que éramos cuatro o cinco, seis a lo sumo cuando nos juntábamos. Ahí empezamos a marcar la agenda. Entonces, nos empezábamos a reunir para levantar firmas, para distribuir folletos de difusión, pero éramos cuatro en una mesita. Me hace acordar a las cuatro del molino, ¿viste?1

En relación con esa agenda,

Guillermina ponía los temas de salud sexual y reproductiva, y no reproductiva, aclaraba. Ahí ya se empezó a incluir otro punto y se suma también Patricia Londeix, que fue a partir de una cuestión personal, pero ya se sumó a nosotros y siguió adelante todo el tiempo. Hoy es una de las referentes más importantes de la biblioteca.

Tampoco soslayaron en su agenda y en sacar a la luz el tema de la trata de mujeres con fines de explotación sexual, tal como sucedió en 2010 con una propuesta que hicieron al Municipio en ese sentido, al observar que una ordenanza municipal contradecía una legislación provincial.

La sororidad se traduce en redes y articulaciones

Los activismos feministas construyen nuevas narrativas que surgen de una explosión de voces y canales de información y comunicación, que se retroalimentan desde la academia y los espacios profesionales junto a las experiencias en primera persona:

Lo que nosotras más hicimos, en un primer tiempo (yo no sé cómo nos dábamos ese lujo), nos conectábamos con mujeres grosas y tratábamos de que vinieran a la ciudad. Y, de alguna manera, entre lo que hacíamos en el programa, lo que mandábamos a los diarios desde nuestra opinión y ese tipo de cosas, lo que hacíamos como movida y las venidas de esas mujeres, se fue legitimando ese discurso. Y yo creo que también tuvo que ver que había mujeres grandes o reconocidas: estaban Guillermina; Matilde Rodríguez que era una mujer también de la universidad, profesora; yo, que había trabajado ya algún tiempo en radio y era respetada y era grande. Creo que eso nos fue dando cierto respeto y, también, cuando aparecían algunos casos en la ciudad, nos llamaban por teléfono para opinar. Nuestra premisa era no hablar de los casos puntuales y aprovechar lo máximo posible para mandar todo a nuestra bajada de línea.

La Biblioteca fue vinculándose con otros grupos, instituciones y personas. En algunos casos, propuso iniciativas y, en otros, se sumó a proyectos y acciones en curso. En ambos casos, con su experiencia, con una lectura crítica sostenida en el tiempo y sin perder las ganas y el entusiasmo por cambiarlo todo.

A la pregunta de si las articulaciones se dieron preferentemente con organizaciones de mujeres o con otras organizaciones, Liliana responde:

Sí, con otros grupos de la región y con otros grupos también de la ciudad porque, por ejemplo, con las bibliotecas nos permitió hablar en otro auditorio. Entonces, si teníamos que hacer, suponte, el relevamiento de salud sexual y reproductiva, las chicas iban a los centros de salud que ya teníamos el contacto por Julia Valor que trabajaba en eso y por Patricia Londeix. Pero, también íbamos a las bibliotecas donde dejábamos folletos, laburábamos con las bibliotecarias, en algunos casos vimos películas, tratábamos de hacer charlas [en las] que pudiéramos hablar de biblioteca a biblioteca, no como conocedoras del tema, sino con algunos temas nuevos. Salían cosas grosas y algunas cosas muy silenciadas en esos lugares.

Según el testimonio de Liliana, a lo largo de todos estos años, ellas han tejido redes con otros espacios institucionales como el Consorcio Nacional de Derechos Sexuales y Reproductivos (CoNDeRS)2 -para evaluar políticas de salud sexual y reproductiva, Red de Monitoreo de Políticas Públicas para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contras las Mujeres en la Provincia de Buenos Aires, con la red PAR (por una comunicación no sexista), con la Comisión Nacional por la Despenalización del Aborto, con la Red No a la Trata, entre otras. Entre sus actividades de taller se encuentran las realizadas con el Centro de Día para personas en situación de calle y desamparo Manos abiertas,3 el Centro de Día Mailén para adolescentes con situaciones de vulnerabilidad, el Centro Integrador Comunitario Las Tunitas –un espacio del sistema de salud local–, bibliotecas, escuelas y organizaciones barriales, entre otras. Además, la Biblioteca integra el Foro por la Promoción y Protección de los Derechos de las Mujeres de Tandil -un espacio interinstitucional que aborda la vulneración de los derechos de las mujeres en esa ciudad.4

Específicamente con el grupo Mailen, se formalizó un convenio que se extendió por varios años, por el cual las adolescentes iban a la Biblioteca una vez por semana para trabajar distintos temas: violencia, salud, diversidad sexual, mirábamos películas, trabajábamos en tipo taller: “Ahí trabajó mucho Ana Bobbio y otra chica de apellido Otano, trabajó también Patricia y Julia Valor. Son de las cosas que han aparecido como posibilidad por tener una biblioteca”.

Junto con la Fundación Estudios e Investigación de la Mujer,5 efectuaron un relevamiento en barrios de la ciudad para observar la provisión por parte del Estado y el uso de anticonceptivos, la realización y disponibilidad de la ligadura de trompas en el servicio de salud y, posteriormente, se incorporan a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito desde sus inicios.

Bastante antes, nosotras ya empezamos a hablar del derecho a decidir y ese tipo de cosas. Y no me acuerdo en qué año fuimos a una actividad que se hizo frente al Congreso Nacional sobre el derecho a decidir y ahí casi nos meten presas. Yo relaté una historia de una mujer que había abortado en primera persona. Fue una cosa muy fuerte porque lo que queríamos sostener es que, por no haberle hecho la ligadura de trompas, ella se expuso a un aborto hecho de cualquier manera y corrió peligro su vida. Ahí, alguien dijo “han dicho que se hizo un aborto, tenemos que ponerla presa porque estamos frente a un delito”, fue terrible, terrible.

En Tandil, la Universidad Nacional del Centro tiene una de sus tres sedes -las dos restantes en Azul y Olavarría– con la que la Biblioteca tiene trabajos compartidos. Con el Grupo Interdisciplinario de Estudios en Ciencia, Sociedad y Cultura de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNICEN inició un proceso de reconstrucción de las memorias e historias de los activistas de organizaciones del movimiento de mujeres y feministas que consiste en recopilar, sistematizar, digitalizar los archivos de que disponían las organizaciones y referentas feministas. La iniciativa también involucra a quienes integraron la organización Sin Moldes.

El trabajo coordinado se remonta a 2005 cuando se implementa la Cátedra de la Mujer que funcionó hasta 2007. En un texto divulgado en el marco de ese proyecto de recuperación de testimonios, Liliana sintetiza:

Desde el inicio nos propusimos trabajar con nuestras congéneres en la difusión de los derechos que nos asisten y exigir al Estado las políticas públicas que garanticen el cumplimiento de esos derechos. Con esta idea, junto a concejales como Graciela Rodríguez y Nilda Fernández,6 con la participación de la UNICEN, durante dos años, realizamos talleres a partir de las clases magistrales de reconocidas/ reconocidos luchadores, académicas y profesionales en la materia, abiertos a todo público (Giannatasio, 2013).

En la entrevista, agrega:

Invitamos a Diana Maffía, Zulema Palma, Dora Coledesky… Yo, cuando miro eso, no lo puedo creer, porque venían por el pasaje nada más y las alojábamos en nuestra casa y, además, teníamos esas reuniones donde hacés un montón de proyectos y de planes. Después, hubo otra cosa que hicimos con la universidad, que nos vino muy bien porque hacíamos una charla magistral en la universidad y, luego, con ese mismo tema, lo replicábamos en las bibliotecas o centros de salud de la ciudad, que son como diez. O sea, cada una de nosotras tomaba un lugar, iba, replicaba en ese lugar y llevábamos una hojita donde se hacía la síntesis. Fue de mucha difusión todo lo que hacíamos, no era un grupo cerrado.

También, recuerda: “Cuando se hace el congreso de mujeres del sudeste bonaerense, ahí llamamos a las compañeras de Necochea, del grupo Antígona.7 Vienen de González Chaves, de Juárez, vienen varias mujeres del alrededor”, es decir, articulando con espacios geográficos más allá de la ciudad.

Interpelar al Estado

En ese debate instalado en los 90 sobre institucionales y autónomas que se dio en el feminismo –no solo en Argentina, sino en Latinoamérica— la Biblioteca Popular de las Mujeres encontró su lugar sin perder el poder de convocatoria y sus objetivos centrales que fueron su mejor capital para pararse en los debates locales y lograr el reconocimiento como voces autorizadas en la denuncia y el reclamo.

Al institucionalizarnos, dependíamos de Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, con el Instituto Cultural, con los cuales hicimos la relación que tienen todas las bibliotecas. Con la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares hubo una tarea importante que hubo de muchísimo apoyo, pero después, lo que más tuvimos, fue relación con el Estado Municipal porque interpelábamos al Estado municipal en cada una de las fechas que nosotros teníamos. O sea, venía una de las fechas de agenda (sea 8 de marzo, 28 de mayo, septiembre, día de los derechos humanos o de lo que fuera), nosotras hacíamos un acto y presentábamos un petitorio en el municipio.

La insistencia en sus reclamos en la fecha de esas efemérides hizo que, finalmente, las autoridades comenzaran a recibirlas para un 8 de marzo. Y en este punto surgen las anécdotas sobre los señalamientos que les hacían al saber que eran feministas. Algunas personas las saludaban con un “hola, mami” al saber que eran activistas políticas o les “regalaron billeteras” cuando exigieron derechos sexuales y reproductivos”.

Las movidas no solo se pensaban y se hacían para las fechas claves del movimiento de mujeres, de los feminismos, sino para crear el área de la mujer, el foro y la mesa interinstitucional. En 2002, el Ejecutivo Municipal de Tandil creó un Área de las Mujeres y un Foro para trabajar en forma conjunta en la elaboración de políticas desde una perspectiva de género. La creación se hizo por ordenanza municipal y respondió a una iniciativa motorizada por la Biblioteca.

Patricia [Londeix] fue la primera que ocupó el lugar en el área, o sea, nuestra relación siempre fue buena, casi te diría que muy buena [con el Municipio] (...) nos daban la mano y avanzábamos. Después, tuvimos reuniones con concejales de derechos humanos, de las comisiones de salud, siempre para ir marcando algunas cosas que nos parecían que estaban faltando o que se podían hacer por medio de ordenanzas. Tomamos también la banca 21. Y, lo más importante quizás, fue la movida con respecto a lo de los prostíbulos, ahí hicimos un buen trabajo porque articulamos con otras organizaciones también, con algún concejal. Hicimos también una movida por lo de la comisaría de la mujer.

No todas las acciones fueron inmediatas, requirieron su tiempo, su paciencia, y fundamentalmente, no cejar: “Una abogada que había trabajado con temas de familia decía que la manera de trabajar más efectiva era proponer un juzgado de familia o un tribunal de familia. Al final, la creación del juzgado llevó como diez años”.

A modo de balance

En todos esos lugares en los que actuaron las distintas agrupaciones y la Biblioteca se configuró una geografía tandilense en la que no solo se fue conformando la biblioteca, sino la agenda de las mujeres, la agenda de género.8 Las acciones de este grupo valioso de mujeres incluyen la creación de una sala de lectura en la Isla del Centro Náutico del Fuerte, la sala Laura en homenaje a la fallecida poeta y docente tandilense Laura Lutzelschwab - Frechero y, en conmemoración de su nacimiento, el 2 de febrero, organizaron un encuentro anual de lectura de poesía escrita por mujeres.

Las integrantes de la Biblioteca Popular, en sus veinticinco años de recorrido, participaron de los Encuentros Nacionales de Mujeres, los Encuentros Feministas Latinoamericanos y del Caribe, los Encuentros Feministas de Argentina e incluso de la Conferencia Internacional de Beijing.

La biblioteca se ha consolidado primero como biblioteca, diez mil ejemplares. Sus estantes llenos de material para trabajar la cuestión de género con muy buena bibliografía y cosas que tienen que ver no solamente con los estudios de género, sino también con autoras que han trabajado temas nuevos porque hemos podido comprar. CONABIP, todos los años, te permite ir a la Feria del libro y nosotros hemos priorizado novelas, estudios y trabajos que tienen que ver con el género. En la cuestión de libros, nos damos por hechas.

De hecho, han obtenido el reconocimiento como biblioteca especializada en cuestiones de género por la Universidad Nacional del Centro y también de la Dirección de Bibliotecas de la Provincia de Buenos Aires y el Municipio de Tandil. Pero siempre van por más:

Nos faltaría otro salón más para poder ampliar esa demanda. Quizás esté faltando un poco más de gente que venga de la universidad a trabajar adentro de la biblioteca, porque hoy internet les permite a muchas acceder a un montón de material vía internet y no vienen con los libros. Pero hay muchísima gente del común que se lleva una cantidad de material, así como se llevan novelas, se llevan otras cosas. La biblioteca ha permitido también hacer una valija móvil que va a distintas escuelas, sobre todo de la zona rural. Por ejemplo, viene una maestra de la zona rural a preguntar qué material tenemos sobre infancias trans porque tiene el caso de que se le presenta una familia que vive en el medio del campo que no sabe cómo hacer con su niña que de pronto ha presentado esa cuestión. Bueno, le permitió a ella llevarse material para comprender, pero también [el libro] Yo nena, yo princesa para que puedan leerlo los padres, para que puedan saber y sentirse más acompañados, para que puedan saber también, mediante la biblioteca, que hay un consultorio sobre infancias trans en el hospital. O sea, nos damos por hechos cuando hemos podido enlazar esa necesidad con la información correcta. Eso en cuanto a biblioteca. La otra cuestión es que nos hemos consolidado también frente a un público que tiene respeto por lo que firma la biblioteca [así como] los medios de prensa que nos consultan o que nos aceptan cuando hemos presentado algo. Eso significa un reconocimiento.

Actualmente, como en sus comienzos, la Biblioteca Popular de las Mujeres realiza un programa de radio semanal incluido en la programación de la radio del Centro Cultural La Compañía, financiada por el proyecto Cerrando Brechas II,9 con el objetivo de promover los derechos de las mujeres y diversidades, a partir de un abordaje integral y comunicativo, permitiéndoles llegar también a mujeres de ámbitos rurales.10 Como parte del proyecto, también desarrollaron talleres de prevención de violencia en las relaciones sexo afectivas para jóvenes en escuelas rurales de distintas localidades del partido de Tandil. El proyecto -además del programa de radio semanal de media hora a través de la emisora del Centro Cultural La Compañía, 101.7, cuyo objetivo principal es la promoción de los derechos de las mujeres y las disidencias para garantizar el acceso a la información de las comunidades rurales- incluye talleres para prevenir la violencia en las relaciones sexo afectivas en las bibliotecas “José Ingenieros”, de María Ignacia Vela, y “La vieja escuela”, de Gardey.

En todo balance hay aspectos que se valoran como positivos y otros, no tanto; ambos hacen a la identidad de la organización, la caracterizan, la identifican. En su relato, Liliana valora:

se ha consolidado en nosotras una confianza impresionante lo cual tiene sus pros y sus contras: somos cuatro o cinco realmente muy abroqueladas, pero, también, las más jóvenes quizás por mucho respeto o quizás porque piensan que estamos, no sé, o que estamos en una estructura rígida en el sentido de lo formal... la media de nuestras edades es de 50 para arriba, no tenemos mucha gente joven. La organización de ONG te pide una cantidad de cosas que son importantes. Nosotras porque no hemos tenido problema, pero si hubiera habido un problema, respondíamos nosotras.

Con ello, Lili expresa que su participación, su involucramiento en la institucionalización, va más allá de la formalidad y que, en términos personales, si hubiera habido algún problema, ellas hubieran tenido que responder con el costo de tiempo, dinero y respetabilidad que significa habitar una ciudad como Tandil, donde las distancias interpersonales son más cercanas.

Actividades conjuntas en La Compañía (2018). Patricia Londeix, Tefa Schegtel Torres y Liliana Gianetassio
Actividades
conjuntas en La Compañía (2018). Patricia Londeix, Tefa Schegtel Torres y Liliana Gianetassio
Fuente: fotografía cedida por la entrevistada de su archivo personal.

El movimiento “Ni Una Menos”, la denominada “ola verde” que traccionó la legalización del aborto en Argentina, se sostiene en el trabajo de organizaciones como la Biblioteca Popular de las Mujeres, son la base que le da solidez a los reclamos y a los logros alcanzados. Era inevitable que en la entrevista que recorre esta historia hubiera una referencia a las articulaciones actuales:

Hoy está muy diversificado el grupo de mujeres: encontrás el grupo del 3 de junio del Ni una menos;11 está la intersindical de mujeres, la Casa Violeta,12 las mujeres que vienen de Patria Grande y han formado un grupo y tienen asesoramiento jurídico,13 están las Berta Cáceres;14 los centros de estudiantes que tienen su parte de género; las mujeres de la Evita…15 Debe haber doce o quince grupos de mujeres que están trabajando la temática, con más o menos perspectiva de género, pero ahí están.

Lili observa diferencias en esos sentidos de pertenencia en las militancias más jóvenes:

me parece que hoy hay menos formalidad e incluso hay más variedad: están hoy en el centro de estudiantes, mañana pasan a otro grupo, se conforman como otras asociaciones, pasan a otra actividad, o sea, esta cosa es más lábil podríamos decir. Ese sería uno de los inconvenientes o de las cosas negativas es que no hemos tenido recambio generacional. (…) Con el tiempo, esto nos está quedando chico también como lugar físico para seguir trabajando.

Al fin de cuentas, como señala Liliana:

Hemos convocado y salido a la calle para manifestar y visibilizar reclamos, denuncias, repudios, y hemos propiciado reuniones con mujeres de distintos sectores, barrios, edades para discutir temas puntuales, con diferentes dispositivos. Desde mirar y debatir películas hasta realizar talleres de sensibilización, encuestas, fiestas…

La Voz bruja de la Biblioteca Popular de las mujeres fue una murga con la que ellas, apelando a prácticas culturales creativas, le pusieron otra impronta a los carnavales de Tandil logrando instalar los temas que siempre las involucra en ese espacio popular demostrando, al decir de la anarquista lituana Emma Goldman, “si no puedo bailar, no es mi revolución”.

Referencias

Barrancos, D. (s/a). Los caminos del feminismo en la Argentina: historia y derivas. Asociación Permanente por los Derechos Humanos, Argentina. Recuperado de https://www.apdh-argentina.org.ar/sites/default/files/u62/feminismos%20dora%20barrancos.pdf

Giannatasio, L. (2013). La experiencia de la Biblioteca Popular de las Mujeres en Tandil. En Mujeres en el Centro del Debate. Aportes para una discusión necesaria. UNICEN. Recuperado de https://www.unicen.edu.ar/content/la-experiencia-de-la-biblioteca-popular-de-las-mujeres-en-tandil

Vargas Valente, V. (2002). Los feminismos latinoamericanos en su tránsito al nuevo milenio. (Una lectura político personal). CLACSO: Buenos Aires. Recuperado de http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/gt/20100916031248/28vargas.pdf

Notas

1 Se refiere a las integrantes de la Comisión por el Derecho al Aborto con la presencia, entre otras, de Dora Coledesky, precursora en la temática, una de las mujeres que impulsó y puso su impronta a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto.
2 El Consorcio Nacional de Derechos Sexuales y Reproductivos (CoNDeRS), compuesto por organizaciones y personas, tiene como objeto monitorear las acciones que prevé la ley nacional 25.673 de Salud Sexual y Procreación Responsable sancionada en octubre de 2002, defendiendo la garantía de los derechos sexuales y reproductivos con perspectiva de género.
3 Manos abiertas cuenta con una página institucional que puede consultarse en https://www.manosabiertas.org.ar/
4 Foro por la Promoción y Protección de los Derechos de las Mujeres de Tandil https://www.facebook.com/forodelasmujerestandil/
5 Es otra organización fundada en 1989. Su página está disponible en http://feim.org.ar/
6 Graciela Rodríguez fue concejal por la Unión Cívica Radical durante los períodos 2001-2003, 2003-2005, Nilda Noemí Fernández, fue concejal en el período 1999-2001 y Presidió el Concejo Deliberante en los períodos 2003-2005, 2005-2007. Recuperado de http://www.hcdtandil.gob.ar/institucional/concejales-anteriores.html
7 Esta Asociación Civil brinda orientación, información y asistencia a las mujeres, adolescentes y niñ@s que se encuentren en situaciones de violencia doméstica y/o sexual. La asociación cuenta con un Facebook que puede consultarse en https://www.facebook.com/antigona.ong/
8 La primera sede de reunión –antes de la creación de la Biblioteca— fue la Cooperativa Cultural “El Hormiguero”, en calle Paz 440, donde se atendían mujeres víctimas de violencia y se tomaban denuncias sobre distintos problemas (1992) (Giannatasio, 2013). A la sede de “El hormiguero” le siguió el local de la calle Rodríguez al 291. Antes de instalarse en su actual sede, también pasaron por uno de los locales la galería “El Patio” ubicada en la calle Sarmiento 721. Hoy están en un predio de la Universidad Nacional del Centro -Lobería 750-.
9 Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (2021). Entrevista a Andrea Roseti, integrante de la Biblioteca Popular de las Mujeres y conductora de FM La Compañía (Tandil) sobre el trabajo realizado gracias a las ayudas a pequeños proyectos. Proyecto Cerrando Brechas II: Desnaturalizando violencias, 3 de diciembre, Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=DoAMDlYvTbE
10 Los programas radiales pueden escucharse en BPM RADIO, Recuperado a partir de https://www.mixcloud.com/bpmradio_tandil/
11 El Grupo Ni Una Menos funciona en el Centro Integral de Salud Mental (SICM) y Biblioteca Popular de Salud Mental. Su página web puede consultarse en http://www.saludmentaltandil.com.ar/grupo-num-ni-una-menos/
12 Casa Violeta cuenta con un espacio virtual en https://www.facebook.com/CasaVioletaTandil/
13 Nota de la entrevistadora: Frente Patria Grande Tandil tiene su espacio virtual en https://www.facebook.com/PGTandil/
14 Se refiere a la Colectiva Feminista Berta Cáceres, la misma cuenta con un espacio virtual en https://www.facebook.com/colectivabertacaceres
15 Se refiere al Movimiento Evita Tandil, su página virtual puede consultarse en https://www.facebook.com/EvitaTandil/

Recepción: 10 Noviembre 2022

Aprobación: 05 Febrero 2023

Publicación: 01 Marzo 2023

ediciones_fahce
Ediciones de la FaHCE utiliza Amelica Marcador XML, herramienta desarrollada con tecnología XML-JATS4R por Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro desarrollado bajo la iniciativa Open Access